La concepción de violencia y aspectos para su estudio



Inicialmente se formuló un concepto del término violencia, sobresaliendo como elementos del mismo, el empleo de la fuerza física contra alguien causándole un daño, considerándose así como un concepto restringido, en virtud que consideraba únicamente el uso de la fuerza física como acción violenta. Sin embargo, otros actores ya no consideran la fuerza física como elemento preponderante de la violencia, si no, como dice Martínez Pacheco citando a Jean-Marie Domenach, que la violencia sería el “uso de la fuerza abierta o escondida, con el fin de obtener de un individuo o un grupo eso que ellos no quieren consentir libremente” (2016, p. 9), dando una apertura al estudio del uso de otras formas de fuerza distintas a la física.

 

No obstante, al ser analizado este último concepto, cada presupuesto del mismo, presentaba algunos problemas y restricciones, ya que, el concepto en sí, no abarcaba todo lo que debía de concernir al término violencia, y su presencia en situaciones que, al aplicar dicha definición, no se considerarían situaciones violentas, como, por ejemplo, entre otras, la violencia simbólica, estructural, moral, donde las consecuencias de la violencia son invisibles, diferente a lo que acontece con la violencia mediante uso de la fuerza física.

 

Es de tal manera que nace el estudio de una concepción amplia de la violencia, considerando aspectos como: 1. la naturaleza relacional de la violencia, que se trata de una relación social con la posible participación de varios sujetos: agresor, víctima, observadores; asimismo, el contexto en que se desarrolla esa relación; y, 2. la negación de la subjetividad o negación del otro, es decir ver al otro como objeto, de menos, sin respeto como persona; esta amplitud del concepto trajo a facilitar el estudio de la violencia, definir sus diferentes formas y analizar otros campos de investigación sobre la misma.

 

Desigualdad social

Por tanto, para un análisis amplio del concepto de violencia y su mayor entendimiento, es necesario la valoración de su origen y sus causas, es decir ver en retrospectiva  analizando todo su contexto,  las formas que toma, sus características y dinámicas que desarrolla, así como sus consecuencias y sus efectos, y no solamente centrarse en el hecho concreto, de si existe o no violencia en ese determinado momento y espacio, si no, investigar su antes, presente y consecuencias, su objetividad o subjetividad, así como el espiral de violencia que se puede generar y sus sujetos, quién es el agresor y la víctima y cómo ésta puede cambiar de rol y convertirse en agresor y por ende, el agresor inicial, en víctima.

 

Sin embargo, tal como manifiesta Martínez Pacheco (2016), no existe una definición precisa de Violencia que encierre todos estos aspectos ni características o la multiplicidad de formas que presenta, por tanto, se prefiere hablar de violencias y no violencia en singular, asimismo de establecer definiciones particulares por cada forma de violencia de acuerdo a sus propias características, relaciones y contextos.


Un ejemplo de un tipo de violencia muy recurrente en Honduras, es la violencia intrafamiliar, la cual, tiene como parte de sus presupuestos el uso de fuerza física, sin embargo, también abarca la violencia psicológica, patrimonial, pero su recurrencia es la física; el enlace siguiente, obtenido de Diario El Heraldo de Honduras, muestra este tipo de violencia y sus efectos totalmente negativos: https://www.elheraldo.hn/elheraldoplus/data/violencia-intrafamiliar-muerte-asesinatos-honduras-LF12174825


Bibliografía: Martínez Pacheco, A. (2016). La violencia: Conceptualización y elementos para su estudio. Política y Cultura, 7-31.

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